Las ciudades indias son caóticas. Pero cuando encima han tenido que construirse con los muros de las casas casi pegados unos a otros para evitar los rigores del sol del desierto, el caos se vuelve locura. En Jodhpur empezaron a construir a los pies del castillo. Y ya no pararon. Se fueron alejando de él poniendo muros y muros formando un gran laberinto. Un laberinto azul. El sobre nombre que adquiere esta curiosa cuidad del Rajastán Indio.
Si eres una persona estresada Valeriana o te quedas en casa. La India es para tomárselo con calma. Especialmente en sus ciudades. Calles estrechas, montañas de mierda, miles de personas, miles de animales, motos, rickshaws, coches, carros tirados por burros, carros tirados por mulas, bocinas, empujones, atascos…
Y Jodhpur es un buen ejemplo de ello. Con sus 800.000 habitantes se podría decir que es una ciudad hermosa. Pero tiene las infraestructuras de un pueblo de 100 personas. El agua se saca de pozos en la calle, el alcantarillado es casi inexistente, igual que el control del tráfico, de los animales, etc. Cada uno a lo suyo y como puede. Y eso es mucho decir.
Por las calles se agolpan ríos de personas que vienen y van. Algunos con bultos gigantes en la cabeza, otros con bultos gigantes en la espalda, otros con bultos gigantes en la bici, otros en la moto. Es un continuo ir y venir de personas y de mercancías. De tiendas abiertas a la calle con dependientes que requieren tu atención incluso 3 metros después de que hayas pasado, con muchas vacas, con muchos toros, con cabras y miles de perros. Todos con todos tratando de subsistir.
El ruido es enorme. Todos van haciendo sonar sus bocinas, todos te gritan para que les atiendas, todos se te acercan, te hablan, te ofrecen… Y cuando ha llegado la hora de ir al hotel parece que te han dado una paliza psicológica. Muchos estímulos. Demasiados. Bombardeándote y teniéndote alerta cada segundo.
Por eso es un lugar que hay que conocer. Porque es India en estado puro. Pero en algún momento del día, hay que saber escaparse, ascender al fuerte que preside la ciudad y desconectar y descansar con las magníficas vistas de la Jodhpur, la “Ciudad Azul”, desde las alturas.